La radioterapia es un pilar fundamental en el tratamiento del cáncer de mama, y en los últimos años ha experimentado una notable evolución. Hoy en día, los avances tecnológicos y científicos permiten ofrecer terapias más cortas, precisas y seguras, mejorando tanto los resultados oncológicos como la calidad de vida de las pacientes.

De la radioterapia convencional a los tratamientos modernos

Históricamente, los esquemas de radioterapia en cáncer de mama requerían entre 33 y 37 aplicaciones diarias, lo que implicaba algo más de seis semanas de tratamiento. Este esquema, si bien era eficaz, resultaba largo y demandante para las pacientes.

Con el avance de la evidencia clínica, los protocolos evolucionaron hacia esquemas más breves. Actualmente, la mayoría de los casos pueden tratarse con esquemas hipofraccionados de 15 sesiones, convirtiéndose en el nuevo estándar internacional. Aún más, un alto porcentaje de pacientes también puede beneficiarse de protocolos de ultra hipofraccionamiento en solo 5 sesiones, siempre que las características clínicas y el estadio lo permitan.

La radioterapia intraoperatoria (IORT): un hito en la evolución

Otro avance relevante fue la incorporación de la Radioterapia Intraoperatoria (IORT). Esta técnica consiste en administrar la radiación durante la cirugía de tumorectomía, directamente en el lecho tumoral, reduciendo la necesidad de sesiones posteriores en algunos casos seleccionados. La IORT marcó un antes y un después al ofrecer una alternativa eficaz y cómoda para pacientes en etapas iniciales.

Beneficios para las pacientes

La transición de tratamientos extensos a esquemas de 15 o incluso 5 sesiones supone una mejora significativa:

  • Menor tiempo total de tratamiento.
  • Mayor comodidad y accesibilidad.
  • Igual eficacia oncológica, con los mismos niveles de control local.
  • Menores efectos secundarios, gracias a la precisión de la tecnología actual.

La importancia del diagnóstico precoz

Más allá de los avances terapéuticos, es fundamental remarcar que el éxito del tratamiento depende en gran medida del diagnóstico temprano. Detectar el cáncer de mama en etapas iniciales permite aplicar estos esquemas más modernos y efectivos, además de ofrecer mayores probabilidades de curación.

Por eso, es clave realizar controles periódicos con el médico mastólogo o ginecólogo, sumados a estudios de rutina como la mamografía, según la edad y los factores de riesgo.

Un compromiso integral con la salud

En Mevaterapia acompañamos a cada paciente con un enfoque integral, donde la innovación tecnológica se une al cuidado humano. Además de recibir el tratamiento adecuado en el momento indicado, fomentamos la adopción de hábitos de vida saludables que contribuyen a la prevención y a la recuperación.