Es una fecha que promueve, a nivel mundial, la concientización sobre esta enfermedad, para poder estar atentos a los signos de alerta y realizar la consulta médica pertinente.

Existen alrededor de 150 formas de sarcoma, pudiendo desarrollarse en diferentes partes del cuerpo. Afecta tanto a adultos como a niños y adolescentes. Es por eso que estar informados es clave para actuar a tiempo.

¿Qué es el sarcoma?

El sarcoma es una denominación general para un grupo de tipos de cáncer que se desarrolla en los huesos o en los tejidos blandos del cuerpo. El sarcoma de tejidos blandos se desarrolla en los tejidos que cumplen la función de conectar, sostener o recubrir otras estructuras del organismo. Pueden ser músculos, vasos sanguíneos, grasa, nervios o tendones y el revestimiento de articulaciones.

¿Cuántos tipos de sarcoma hay?

Existen diferentes tipos de sarcoma, dependiendo del lugar donde se forma el cáncer. Se les asigna nombre en función de su origen, por ejemplo: el osteosarcoma se forma en los huesos, el liposarcoma en las grasas y el rabdomiosarcoma en los músculos.

Se sabe que existen alrededor de 150 formas de sarcoma, pudiendo desarrollarse en diferentes partes del cuerpo.

Algunos datos

Según la Asociación Argentina de Oncología Clínica, un 60% de los sarcomas se desarrollan en los brazos y las piernas, un 30% en torso y abdomen, un 10% en cabeza y cuello, afectando a personas de todas las edades. El 22% de los sarcomas se dan en personas menores de 34 años.

El 15% de los cánceres infantiles, son sarcomas. En adultos se da con mayor frecuencia entre los 40 y los 60 años.

Aproximadamente, el 80% de los sarcomas se originan en tejidos blandos y 20% en el hueso.

¿Cómo detectarlo?

No siempre se “muestra”. Incluso puede, en sus estados iniciales, ser asintomático. Sin embargo, es importante estar atentos y consultar al médico ante la observación de cualquier bulto mayor a 5cm, protuberancia, con o sin dolor, que se tenga en el cuerpo y que persista.

Algunos síntomas de alarma podrían ser: detectar una protuberancia en la piel, dolor en los huesos, fractura inesperada, pérdida repentina de peso, entre otros.

Sarcoma de tejidos blandos.

Como hemos visto, la mayoría de los sarcomas se desarrollan en tejidos blandos.

Tanto el tratamiento como el pronóstico, dependerán del tipo y el grado de la enfermedad. Existen múltiples formas de abordaje. El equipo profesional establecerá acorde a las necesidades específicas de cada paciente, valorando la mejor opción para él.

Dependiendo de la ubicación, podría utilizarse cirugía para extirpar el tumor, que podrá ser o no combinada con otros tratamientos, como quimioterapia (administrado como tratamiento principal o adyuvante a la cirugía) o radioterapia.

La radioterapia externa es el procedimiento mayormente utilizado para sarcomas de tejidos blandos. Suele aplicarse diariamente durante varias semanas mediante la técnica IMRT (Radioterapia de Intensidad Modulada), ya que enfoca mejor la radiación a la lesión y disminuye el daño en el tejido sano de alrededor.

Este tratamiento puede aplicarse antes de la cirugía, para reducir el tamaño del tumor y hacer más sencilla la operación. O bien, como es más frecuente, después de la cirugía, para eliminar cualquier célula cancerosa que quedar luego de la intervención. En ocasiones, también podrá ser utilizada como tratamiento paliativo, para aliviar los síntomas de la enfermedad en casos en que se haya propagado.

En este día mundial, es importante dar visibilidad a esta enfermedad. Ante cualquier bulto o protuberancia, con o sin dolor que se mantenga en el tiempo, consulte con su médico. El sarcoma puede detectarse a tiempo y ser tratado.