El cáncer de cuello uterino, causado en gran parte por el virus del papiloma humano (VPH), sigue siendo una preocupación importante de salud para las mujeres en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su prevalencia, este tipo de cáncer es altamente prevenible con medidas adecuadas de detección y prevención.

Vacunación contra el VPH:

Una de las estrategias más efectivas para prevenir el cáncer de cuello uterino es la vacunación contra el VPH. Esta vacuna, administrada en dos o tres dosis, protege contra las cepas del VPH más comunes que están asociadas con el cáncer de cuello uterino, así como con otros cánceres relacionados y verrugas genitales. La vacunación se recomienda idealmente antes del inicio de la actividad sexual, pero incluso las mujeres que ya han iniciado su vida sexual pueden beneficiarse de la vacunación. En nuestro país, existe un plan nacional de vacunación gratuita para menores de 11 años.

Detección Temprana:

Además de la vacunación, la detección temprana juega un papel crucial en la lucha contra el cáncer de cuello uterino.

Los exámenes de Papanicolaou (PAP), también conocidos como pruebas de citología vaginal, son una herramienta fundamental para detectar cambios celulares anormales en el cuello uterino que podrían indicar la presencia de cáncer o precursores del cáncer. Se recomienda que las mujeres comiencen a hacerse pruebas de Papanicolaou a los 25 años o antes según indicación médica, y regularmente según las pautas recomendadas el profesional tratante.
Además, existe el Test de VPH para detectar ADN de Virus del Papiloma Humano. En el caso de que el test sea negativo, es decir, no se detecte VPH en el cuello del útero, el intervalo hasta el próximo test será de 5 años. Si el test de VPH detecta la presencia de VPH, el PAP permitirá saber si el virus provocó lesiones.

Educación y Concientización:

Además de la vacunación y la detección temprana, es crucial aumentar la conciencia sobre el cáncer de cuello uterino y la importancia de la prevención. Las campañas de educación dirigidas a mujeres, hombres, profesionales de la salud y comunidades en general pueden ayudar a promover la vacunación, el acceso a los exámenes de Papanicolaou y el conocimiento sobre los factores de riesgo y los síntomas del cáncer de cuello uterino. Difundamos entre todos esta información, para poder llegar cada vez a más personas, uniéndonos en la lucha contra esta enfermedad.

Entonces, a tener en cuenta: ¡Somos protagonistas!

El cáncer de cuello uterino es un problema de salud significativo, pero prevenible. La vacunación contra el VPH y los exámenes regulares de Papanicolaou son medidas clave para reducir el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Al priorizar la prevención, la detección temprana y la educación, podemos trabajar juntos para proteger la salud y el bienestar de todas las mujeres.

Manejo terapéutico del cáncer cervical

Existen diversas modalidades para abordar el cáncer cervical. El médico especialista en Oncología definirá la elección del enfoque terapéutico más adecuado, el cual suele comprender diversas alternativas. El plan de tratamiento contendrá detalles acerca del tipo de cáncer y su estadio, los objetivos terapéuticos, las opciones disponibles así como la estimación de su duración.

En pacientes en edad fértil, es recomendable dialogar con el equipo médico antes de iniciar el proceso, a fin de comprender las implicaciones del tratamiento y así explorar alternativas para preservar la fertilidad.

En muchos casos, se recurre inicialmente a la combinación de radioterapia externa y quimioterapia. Esta fase inicial del tratamiento suele constar de aproximadamente 23 a 25 sesiones de radioterapia externa, administradas de lunes a viernes junto con la quimioterapia. Esta modalidad, que se extiende durante aproximadamente cinco semanas, es generalmente bien tolerada por las pacientes, dado que la quimioterapia empleada es radio-sensibilizante, lo que minimiza las posibles complicaciones.

Posteriormente, se continúa con la segunda fase del tratamiento: la braquiterapia. Esta sigue siendo una intervención ambulatoria, es decir, no requiere hospitalización, y suele comprender entre 2 y 4 sesiones. Realizada con anestesia local, la braquiterapia no causa molestias significativas y, al igual que los tratamientos anteriores, es bien tolerada por las pacientes. Durante cada sesión, un equipo médico acompaña y asiste a la paciente en cada paso del procedimiento, proporcionándole la información necesaria y el apoyo requerido.

Braquiterapia para tratamiento de cáncer de cuello de útero

Para conocer más acerca del tratamiento de Braquiterapia para cáncer de cuello de útero, accedé al siguiente enlace: https://mevaterapia.com.ar/tratamientos/bqt-3d-hdr-braquiterapia-tridimensional-de-alta-tasa-de-dosis/

Si estás en tratamiento con nuestro equipo médico, te invitamos a descargar el material con recomendaciones generales. Si tenés cualquier consulta, no dudes en conversar con tu radioterapeuta, quien te guiará durante todo el proceso de atención.